La «vida práctica» es una de las áreas de aprendizaje fundamentales en el enfoque Montessori, sobre todo en los primeros años de los niños. Consiste en actividades diseñadas para desarrollar habilidades esenciales en la vida diaria, es decir, tareas simples y cotidianas que buscan fortalecer su independencia, coordinación, concentración y sentido del orden. La idea es que, realizando actividades de la vida real, los niños no sólo ganan confianza en sí mismos sino que aprenden a cuidar de su entorno y de ellos mismos, desarrollando habilidades que les serán útiles a lo largo de la vida.
Principales materiales Montessori para Vida Práctica
Los materiales de vida práctica en el método Montessori ayudan a los niños a desarrollar habilidades motoras finas y gruesas, coordinación, concentración y autonomía, preparándolos para la vida diaria. Aquí tienes algunos de los materiales Montessori más comunes en el área de vida práctica:
Jarras y vasos para verter: El niño aprende a verter agua u otros líquidos entre recipientes, mejorando su precisión y coordinación. Se pueden utilizar pequeñas jarras de vidrio y vasos que faciliten el control.
Cucharas y bandejas para trasvasar sólidos: Los niños usan cucharas o pinzas para trasladar objetos pequeños, como frijoles o bolitas de vidrio, de un recipiente a otro. Este ejercicio desarrolla la coordinación ojo-mano.
Marcos de vestir: Incluyen marcos con distintas técnicas de abrochado, como botones, cremalleras, broches y lazos, que ayudan a los niños a aprender a vestirse por sí mismos.
Cajas de limpieza y aseo: Se incluyen materiales como cepillos, trapos, y pequeñas botellas de spray que permiten al niño practicar el barrido, la limpieza de mesas o espejos, y otras tareas de mantenimiento. Esto fomenta la responsabilidad y el cuidado de su entorno.
Pinzas de ropa: Utilizadas para mover objetos o colocar y quitar pinzas en una cuerda, este material fortalece los músculos de las manos y mejora la motricidad fina.
Actividades de cuidado de plantas y animales: Incluyen materiales como regaderas, macetas y toallitas para el cuidado de plantas o la alimentación de animales. Estas actividades fomentan la empatía y el respeto por otros seres vivos.
Jarras de filtrado y embudos: Los niños aprenden a filtrar líquidos utilizando embudos y filtros, mejorando su precisión y concentración.
Cepillo de dientes y materiales de higiene personal: Los niños pueden aprender a lavarse las manos, cepillarse los dientes y otras actividades de cuidado personal que promueven la independencia.
Juego de cocina (pelar, cortar, mezclar): Con utensilios seguros, los niños aprenden a cortar frutas o mezclar ingredientes, desarrollando habilidades motoras y autonomía en la preparación de alimentos.
Estos materiales se eligen cuidadosamente en Montessori para que sean atractivos, funcionales y en miniatura para que los niños puedan manejarlos con facilidad y seguridad, fomentando así su independencia y autoestima.
Principios de la Vida Práctica en Montessori
- Independencia: Las actividades se eligen para que los niños puedan realizarlas sin ayuda de los adultos. El objetivo es que el niño adquiera la autonomía suficiente para sentirse capaz de realizar las tareas por sí mismo.
- Control de Movimiento: Se busca el desarrollo de la coordinación motora fina y gruesa, con lo que las actividades deben incluir movimientos que requieren precisión y control, como verter agua sin derramar, por ejemplo.
- Concentración: En el aprendizaje es fundamental la concentración. La repetición de las tareas propias de la vida práctica permiten que los niños puedan enfocarse y desarrollar esta habilidad.
- Orden: Cada actividad tiene un inicio, un desarrollo y un fin bien definidos. Así, se enseña a los niños a seguir un orden al realizarlas y a respetar tanto el espacio como los materiales.
- Autoestima y Confianza: Al realizar tareas de la vida diaria, los niños sienten que pueden aportar y contribuir al entorno en el que viven , lo que aumenta su autoestima y confianza en sus capacidades.
Ejemplos de Actividades de Vida Práctica
- Cuidado de uno mismo: vestirse y desvestirse, calzarse, lavarse las manos, cepillarse los dientes, preparar un snack o poner y quitar la mesa.
- Cuidado del entorno: regar las plantas, limpiar las mesas, barrer el suelo, lavar y secar los platos u organizar materiales.
- Gracia y cortesía: saludar, pedir las cosas por favor o dar las gracias ayudan al niño a desarrollar habilidades sociales y a comprender la importancia de los buenos modales.
- Trabajo con herramientas: usar objetos reales, como cuchillos seguros para cortar frutas o un pequeño martillo para clavar (siempre supervisados), ayuda a fomenta la destreza y la confianza al manejar herramientas.
- Control de error: muchos materiales Montessori de vida práctica permiten al niño ver si ha cometido algún error y le dan la oportunidad de corregirlo por sí mismo, promoviendo así la autoevaluación.
Beneficios de la Vida Práctica en Montessori
- Desarrolla la psicomotricidad fina y gruesa.
- Fomenta la autonomía y la independencia.
- Ayuda a construir la autoestima y la confianza.
- Potencia el enfoque y la concentración.
- Crea hábitos de orden y también de cuidado del entorno.
- Inculca disciplina y responsabilidad.
La vida práctica constituye la base del aprendizaje en Montessori ya que sienta las bases para que los niños afronten el resto de áreas del conocimiento con independencia, confianza y orden.